lunes, 29 de octubre de 2007

La huella dorada

Fue Herman Hesse el que le puso nombre a ese instante. Su lobo estepario llamaba así a ese momento en el tiempo, pero eterno en su esencia, en que la mano de Dios se hace claramente visible.
Es ese brillo en el gris de lo cotidiano, esa nota músical incluida en una sinfonía que era capaz de hacerle llorar. La gota de lluvia que cae sobre su mejilla, los ojos de un ser humano que le sonrie, el viento que contesta sus plegarias.

Como todos los buenos tesoros, son escasos y difíciles de encontrar. Uno debe permanecer en constante estado de semi alerta para divisar su brillo esperanzador.
Nada de todo lo demás importa. La vida del lobo estepario se basaba en la busqueda y disfrute de ese segundo. La oscuridad era la ausencia de la huella dorada.

Nadie vive en abundancia de luz en este mundo. Nadie vive cerca de Su rostro. La mayor aspiración que nos queda es contemplar ese rayo de luz, esa caricia de Su mano puesta sobre nuestro mundo.

Y disfrutarla como el niño que contempla un castillo de fuegos artificiales.

Me gustaría que este espacio fuera una huella dorada para ti.

4 comentarios:

Norka Pérez Lozada dijo...

oe,oe,oe,oe,oe,oe...ura. que bueno has hecho el blog para leerlo. nos vamos viendo por aquí...te quiero, nor

Anónimo dijo...

EL CAMINO
Me levanto y echo a andar
Sin lavarme la cara
Tal vez complete un trecho
En la Gran Espiral
Con las cosas que he ganado
Y las que he perdido
Mi ceguera y mi bastón
En el camino

Me encontré al predicador
Seduciendo a un peregrino
Me ofreció su mal amor
Y un buen trato y yo grité
"Todos mis pecados
Viajarán conmigo
Ayudándome a acertar
El camino"

Me miró y se aclaró la voz
"Tienes que escoger", me dijo
Advertí un bulto en su labio inferior
Y otro en su pantalón
Y yo escogí la enfermedad
Y escogí el frío
Pero no equivocaré
El camino

Y corrí a la casa del doctor
Y en su puerta estaba escrito
"Ve sangrando que yo llegaré
Antes de que caiga el sol"
Y esperé al anochecer
Pero él nunca vino
Y ahora es más difícil soportar
El camino

Y llegué temblando hasta el lugar
Donde un viejo da cobijo
Le dejaba masturbarse a la vez
Y él me daba de comer
Pero su pan estaba podrido
Y tan agrio era su vino
Que ahora el asco me es tan familiar
Como el camino
"¿Adónde te crees que vas
Y de dónde crees que vienes?"
Preguntaba el viejo al verme marchar
Muerto de hambre y sed
"Si no tienes rumbo
Chico, estás perdido"
Yo le respondí "voy hacia el sol
Y vengo del camino"

"No hay nada nuevo bajo el sol
No pretendas más que recordar"
En mi espalda sentía su voz
Cuando volví a caminar
Dime, si la novedad
No era más que un olvido
Dime qué más tengo que temer
El resto del camino
Y tú quieres que me aparte de él
Dices que hay un sendero
Que es la luna con su palidez
La que no me deja ver
Pero miré hacia los lados
Y nada era mío
No hay desvíos, no hay vuelta atrás
Sólo está el camino

Ahora debo descansar
Este suelo es mi lecho
Y mi techo es el cielo gris
Que aún pretende oscurecer
Y no me quieras despertar
Si me ves dormido
Sabe el alba que si quiere yo
La espero en el camino

Y todos mis pecados
Viajarán conmigo
Hasta el más puro final
Del camino.


Canción de Nacho Vegas, extraído de, “Actos inexplicables”

Anónimo dijo...

Hoola carlos, somos Oscar y Conan, ahora tamos en negreira de regreso a Santiago, que duro es el retorno, cuantas negaciones y dificultades me plantean pero como bien digiste ante los problemas... Camina. Asi intentare seguir afrontando mis dudas y miedos, que gran consejo amigo mio.

Un peregrino dijo...

Camina, hermano. Confía y pon en práctica lo aprendido al caminar.

El camino no se termina nunca, pues no hay ningún lugar al que llegar.

Sólo caminar.

Pienso mucho en vosotros.

Sois grandes. Muy grandes.