miércoles, 16 de enero de 2008

Arte efímero

Escuché una vez, por boca del gran Alejandro Jodorowsky, la historia de un artista que realizaba sus esculturas con el humo de sus cigarrillos.

La obra no queda eternamente para ser admirada, sino que debe ser disfrutada al momento. El instante de su creación es casi el mismo que el de su destrucción.

Ahí radica su encanto.

Es como un huella dorada, fugaz, impactante, de belleza inalcanzable. Y sobre todo deja un regusto que sí puede ser eterno.

Lo más parecido que he encontrado a ese arte es el de arena.

¿Que opinais?



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