Y cómo llevaba tiempo sin hacerlo, me propuse retomarlo para ejercitar músculo.
Pensé que la mejor manera de iniciar de nuevo la rutina de manchar papeles, sería escribir relatos cortos.
Y se encendió una lucecita entonces. Una de esas pequeñas partículas de luz que han debido salir de alguna fuente lumínica de mayor envergadura. Uno de esos brillos que sirven de guía para llevarte a la fuente, si haces todo lo necesario para ello. Todo esto no vale si no pones de tu parte.
La idea consistía en bucear en la Historia, cualquier parte de ella, y encontrar momentos, no muy conocidos en general, que me atrajeran por cualquier circunstancia y colocar en ese momento unos personajes ficticios que desarrollarían una trama a la vez que esos acontecimientos estuvieran sucediendo. Serían personajes que se encontraran en ese punto concreto y se toparan de lleno con sucesos históricos y personajes reales que marcarían sus anónimas vidas.
Algún rincón de mi mente la debió lanzar para llamar mi atención. O tal vez venía de fuera de ella. Es igual. El caso es que ya tenía por dónde empezar, que suele ser lo más complicado de encontrar.
Cuando encuentras el hilo, sólo hay que tirar de él para ver a dónde te lleva.
Ya tenía trabajo.
En ese momento es cuando se despierta un calor en tu interior producto de la excitación. Pero hoy no os voy a hablar de ello. Forma parte del proceso creativo, que es algo que me interesa mucho por lo que tiene de mágico, y por ello haré entradas en este blog relativas a este tema exclusivamente.
Tenía toda la Historia para buscar. Pensaba que las tramas se me ocurrirían al localizar los momentos históricos.
Sinceramente, no recuerdo el momento ni el qué me llevó a esa época en particular. Supongo que mi interés en los Templarios tuvo algo que ver. Pero no logro acordarme a pesar de mi esfuerzo.
Las cruzadas.
La mayoría de nosotros han oído hablar de ellas, de los Templarios, de Jerusalén, Saladino, Ricardo Corazón de León... Con más o menos profundidad sabemos algo de todo eso. Pero lo más conocido y lo más asentado culturalmente, es mayormente hechos acaecidos a partir de la Tercera Cruzada de un total de ocho o nueve, según fuentes.
Me pregunté por el origen de todo esto. Me pregunté por la primera.
Y me puse a investigar y documentarme, una de las partes más divertidas para mí del proceso creativo y que más suelo disfrutar.
Lo hallado me maravilló, a pesar de ser una cruel y salvaje historia de sangre y horror. Pero era una gran historia y creo que poco conocida.
Así, en un momento de meditación repasando lo encontrado, se desarrolla en mi mente TODA la historia de la trama que voy a escribir y sus enlazamientos con los hechos históricos que les afectan. Me puse muy nervioso, ya que temía olvidarla al momento de colgar con mi musa.
Pero no fue así. Se agarró como una lapa, por lo menos lo más importante, y pude llevarla hasta el final.
Raimundo de San Gil, Godofredo de Boullion, Bohemundo de Tarento... Todos esos personajes merecían una historia.
Y aquí la tienes.